El 6% de las notificaciones de alerta por contaminación de alimentos que recibió la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) el pasado año se debió al material con el que estuvieron en contacto, en su mayoría, menaje y utensilios de cocina adquiridos en tiendas regentadas por chinos, según informa Efe.
Fiambreras, espumaderas, fuentes o tazas procedentes de Hong Kong y China pueden contaminar los alimentos y los líquidos con materiales tóxicos como plomo, níquel, estaño, dietilhexilftalato o disononilftalato, aminas aromáticas y colorantes. Así se desprende de la memoria de 2009 del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), que contiene 3.130 expedientes relativos a productos alimenticios, que fue presentada el pasado 23 de noviembre por Juan Julián García, de la Oficina de Comunicación de la AESAN.
De estos expedientes, 186 se tradujeron en alertas ante un riesgo grave para la salud que requería una actuación inmediata de las autoridades; 1.484 a informaciones; 1.413 a rechazos de productos alimenticios y 47 a los clasificados como varios.
Elena García, jefe de área de la Subdirección General de Coordinación de Alertas Alimentarias, ha relatado que la retirada del mercado de productos por migración de materiales en contacto con alimentos "crece cada año". En 2009, se registraron un total de 12 notificaciones de este tipo.
Por su parte Carmen Garrido, jefe de área de Comunicación de Riesgos Alimentarios, ha comentado que a veces el comprar más barato sale más caro porque los materiales de los bazares chinos son de peor calidad o están preparados para una temperatura determinada y, al ponerse en contacto con el calor, desprenden sustancias tóxicas. Ante esto, ha recordado que la Unión Europea se está planteando regular de forma específica su importación desde China.
Ambas expertas han asegurado que los controles son cada vez más exhaustivos y los consumidores pueden estar tranquilos. Las notificaciones de alerta han decrecido en los últimos cinco años, en 2005 se produjeron 217 frente a las 186 del pasado año.
Un 72% de los productos analizados es comunitario mientras que un 27% procede de terceros países y del resto se ignora su origen. De las 186 notificaciones tramitadas como alerta, 91 fueron de origen animal (49%); 80 de origen vegetal (43%); 12 de materiales en contacto (6%) y 3 fueron otros productos sin clasificar (2%). Las relativas a la detección de riesgos químicos siguen siendo, al igual que en años anteriores, bastante superiores (51%) a las de riesgos biológicos (20%) o físicos (5%).
Respecto a los productos de origen animal, se produjeron un total de 91 incidencias: el 55% de pescados; 20% de carnes; 9% de preparados alimenticios especiales; 8% de leche y derivados; 7% huevos y un 1% de edulcorantes.
En cuanto a las carnes, se han gestionado a través del SCIRI un total de 18 notificaciones, fundamentalmente por riesgos biológicos o bacterias así como químicos o aditivos, bien no permitidos o en exceso de los límites autorizados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario